El diente de león es tradicionalmente conocido por su capacidad para mejorar la función hepática, estimulando la producción de bilis y favoreciendo la desintoxicación del cuerpo. Además, actúa como un eficaz remedio para la retención de líquidos y problemas renales, ayudando a eliminar toxinas a través de la orina. El diente de león también es útil para mejorar la digestión, aliviar problemas gastrointestinales como el estreñimiento y la indigestión, y regular los niveles de azúcar en sangre.